Nutrición Actualizado a: Lunes, 3 Abril, 2023 12:10:36 CEST Se trata del grano de cereal más consumido en el mundo y el segundo más cultivado (por detrás del maíz), siendo considerado por la FAO como un alimento básico para más de la mitad de la población mundial. Y, además, el arroz es un ingrediente global, en el sentido de que es habitual en las despensas de todos los países y en todos los continentes.
- Sin embargo, y a pesar de su cotidianeidad y veteranía -l os primeros cultivos se remontan a más de 3.000 años atrás- hay muchos aspectos en torno a sus propiedades y a la forma de consumirlo que generan dudas e incluso dan pie a algunas falsas creencias e ideas erróneas,
- A ello hay que unir que es objeto de continuas investigaciones científicas que añaden nuevas evidencias -y alguna que otra alarma – a sus credenciales nutricionales.
Por ejemplo, de él se sabe que gracias a su elevado contenido en fósforo (100 mg/100 g) se considera un alimento fundamental tanto en la época de crecimiento infantil como en los momentos en los que se necesita aumentar la energía intelectual (época de exámenes, por ejemplo).
- También es un buen aliado del sistema nervioso, debido a su aporte de vitamina B1 y triptófano y, a diferencia de otros cereales, no contiene gluten, lo que lo hace apto para la dieta de las personas con enfermedad celiaca,
- Sin embargo, y en lo que sería su “cara B”, el arroz arrastra la fama de ser un alimento casi proscrito en la dieta de las personas con sobrepeso, una idea basada sobre todo en las hipotéticas desventajas derivadas de su índice glucémico (IG) y no tanto en su aporte calórico (unas 109 kcal/100 g).
“El arroz no es ni bueno ni malo en sí mismo, sino que depende de la cantidad en la que se consuma, tanto en gramos por ración como en raciones por semana”, explica Katherine García Malpartida, del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN),
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¿Qué es lo malo que contiene el arroz?
Por qué el arroz refinado es uno de los 5 venenos blancos – La historia del arroz es muy similar a la, ya que tras su refinado se obtiene un producto que ha perdido más del 30% de su peso, el 80% de sus grasas, el 60% de sus minerales y prácticamente todas sus vitaminas.
O sea, el producto final (arroz refinado) es básicamente almidón, con una carga glucémica elevada y, al igual que ocurre con la harina refinada, provoca marcadas elevaciones de glucosa en sangre, lo que nos va a conducir hacia las enfermedades más prevalentes del mundo actual (diabetes, obesidad, etc.).
Concretamente, en la Universidad de Harvard se ha elaborado un estudio muy concluyente que relaciona el consumo de arroz blanco con la diabetes. El estudio se llevó a cabo sobre unos 40.000 varones y 157.500 mujeres, y concluía que quienes consumían 5 o más porciones de arroz blanco a la semana tienen un riesgo aumentado del 17% de padecer diabetes en comparación con los individuos que consumían menos de una porción al mes.
¿Quién no debe consumir arroz?
‘Si se es obeso, se debe evitar el arroz porque aumentará los problemas de peristaltismo intestinal. El arroz blanco no se recomienda a las personas diagnosticadas de diabetes ya que su índice glucémico es de 70.
¿Cuántas tazas de arroz puedo comer al día?
‘En una dieta equilibrada podemos comer pasta y arroz 2 o 3 veces por semana. La cantidad indicada de cada ración son 150 gramos (unas 5 cucharadas soperas) de pasta o arroz ya cocidos ‘, dice la doctora Ramírez.
¿Cuáles son los cinco venenos blancos?
Los 5 venenos blancos y ¿Cuáles son? | Universidad Mondragón México Karin Loose A. El azúcar, el arroz blanco, la leche la harina y la sal conforman la lista de los llamados venenos blancos, pero ¿a qué se refiere este término? Debido a que estos ingredientes son de los más populares en nuestro país ya que son la base para preparar una gran variedad de comidas, es necesario enfatizar el daño a largo plazo que pueden hacer.
Si se consumen regularmente y en grandes cantidades son los principales precursores de las enfermedades más comunes en nuestro país como: obesidad, diabetes, e hipertensión.Actualmente estos productos tienen un bajo valor nutricional, y un alto nivel calórico debido a que son alimentos procesados; esto significa que contienen ingredientes y aditivos químicos, que sirven generalmente para estabilizar los alimentos, al modificar su textura y apariencia; sin embargo, la mayoría de nosotros desconocemos los efectos adversos dañinos que ocasionan estos químicos.
Veamos un breve ejemplo:- El Dióxido de silicio: Se encuentra en la sal de mesa que usamos diariamente en las harinas y el arroz, y se utiliza debido a sus propiedades blanqueadoras. Sin embargo, estudios acerca de sus efectos secundarios reflejan que, en países como China y Japón, donde el arroz contiene esta sustancia, tienen el índice más elevado de cáncer de estómago debido a su alta toxicidad.- Aloxano: Derivado de los tratamientos químicos para procesar los granos de la harina, dan como resultado un cambio radical en nuestras células productoras de insulina, destruyéndola en algunos casos, lo cual incrementa exponencialmente el riesgo de padecer diabetes.
– Pasteurización de la leche: La leche de vaca al ser pasteurizada para eliminar ciertas bacterias, elimina también las enzimas esenciales que ayudan a la absorción de nutrientes como el calcio y otras vitaminas y minerales. Teniendo estos ejemplos como evidencia de los efectos secundarios que estos venenos blancos pueden ocasionar, a pesar de que, a simple vista, se puede pensar que estos ingredientes son inofensivos, al hacer una investigación más profunda acerca de ellos podemos ver que los procesos industriales les han arrebatado el valor nutricional que tenían antes.
Por ende, necesitamos buscar alternativas saludables libres de químicos dañinos, eligiendo siempre que nos sea posible las opciones más naturales de los alimentos. También, es de importancia buscar el verdadero origen de los aditivos, para poder crear conciencia acerca de lo que ingerimos.Alternativas saludables Estos pequeños cambios en nuestra dieta tendrán un efecto positivo en nuestra salud y la mayoría de las veces la diferencia de sabor es mínima, ya que los alimentos saludables también son deliciosos.